jueves, 20 de noviembre de 2014

Si quieres a tu perr@, imponle disciplina.


     Para que un perro esté equilibrado y viva tranquilo y feliz necesita disciplina. Y por disciplina no me refiero a castigarles, a regañarles o a pegarles cuando "se portan mal".
La disciplina que ellos necesitan  son unas normas y unos límites a la hora de relacionarse con nosotros, con otras personas y con otros perros.

La disciplina bien entendida, que es necesaria para una convivencia equilibrada y armónica, no les priva de nuestro cariño, ni supone ser crueles con ellos.

En la naturaleza la disciplina se da de forma natural en cualquier manada de animales. Somos nosotros los humanos los que actuamos en contra de ella y provocamos desequilibrio.

La disciplina que ellos necesitan supone
hacernos cargo de nuestro papel en relación con ellos, siendo los líderes justos, serenos y firmes que necesitan para poder estar tranquilos. Si no asumimos nosotros el papel de líderes, lo asumirán ellos.
Un perro que tiene que asumir el papel de líder es un perro estresado, nervioso, miedoso, e incluso agresivo, y muy difícil de controlar.

Aunque pueda parecernos que la disciplina es cruel y que sólo con nuestro amor y cariño conseguiremos que sean unos perros mas buenos y felices, sé por experiencia que esto no es así, y que sin una disciplina bien entendida, los problemas no tardarán en aparecer.

La disciplina mal entendida puede ser cruel, está basada en infundir miedo mediante castigos y violencia para conseguir respeto y obediencia, y no sólo no funciona, sino que tiene efectos contraproducentes.
La disciplina bien entendida, por el contrario, se basa en unas normas y unos límites con el objetivo de crear armonía y equilibrio en la convivencia, sin usar la violencia, pero siendo firmes.

La disciplina, para tener verdadero efecto, debe ser aplicada por igual por todos los miembros de la familia que convivan con el animal.

Un perro que tiene la figura de un líder justo, sereno y firme, que sabe cuales son sus necesidades y las satisface, y que impone unas normas y unos límites, será un perro tranquilo, equilibrado y mas feliz.

Las tres necesidades básicas de los perros (además de la comida) son:
 -El ejercicio, 2ª-la disciplina y 3ª- el cariño, y en éste orden.
Y como dueños responsables debemos ocuparnos de mantener cubiertas éstas necesidades.

Algo que habitualmente hacemos es cubrir la tercera necesidad, la del cariño, de una manera desproporcionada con respecto a las otras dos, más debido a nuestras propias necesidades afectivas que a las suyas, provocando un desequilibrio, que antes o después nos mostrará el animal con su comportamiento.

En la naturaleza la necesidad de disciplina es cubierta en cualquier manada, aplicada por el líder, sin que esto signifique crueldad, sino más bien la sabiduría innata de que es necesaria para una convivencia armónica del grupo.
Gracias a los perros, y a los animales en general, tenemos una ayuda extra para reconectarnos con ella y con nuestro verdadero ser. La naturaleza tiende siempre al equilibrio, y en nosotros está el ir a contra corriente o fluir con ella.

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